LAS DISCOTECAS ABANDONADAS MÁS IMPRESIONANTES DE ESPAÑA
Son testigos hoy mudos de una época que no volverá, vestigios de un pasado frenético que se movía al son de los ritmos más radicales del baile. La música máquina y eltechno house, y otros sonidos menos agresivos, propulsaban sus decibelios desde auténticos templos que entraban en trance de noche y de día. Los ochenta y parte de los noventa fueron los años de la ruta del bakalao y de estas discotecas, algunas colosales y desmesuradas, que el tiempo ha ido clausurando pero cuya huella se atisba en el tiempo entre ruinas y pintadas de decadencia.
1. Chocolate, Sueca La que fue considerada como la catedral es hoy una sombra de lo que fue con su famosa fachada y torres color adobe descascarilladas y su sala de baile de ladrillo repintada de azul reducida a escombros. Antes del cierre fue Qoqoa pero hoy está en venta.
2. Scorpia (Central del Sonido), Igualada Su célebre mano, icónico logo serigrafiado en tantas camisetas, acabó por los suelos. Abierta en 1993, comenzó andadura desde la música makinera para evolucionar hacia el progressive. Sus fiestas atraían en masa a gente de toda la geografía española. La normativa y el declive de afluencia propiciaron su cierre en 2003. Permanece la carpa metálica en el descampado, una estética industrial muy propia de esta cultura.
3. Puzzle, Sueca El último gran templo valenciano de la Ruta Destroy en cerrar sus puertas a cal y canto. Sus dos últimas sesiones, tras 25 años de apogeo, fueron en octubre de 2001. Todavía desde la carretera, y al borde de las albuferas, puede verse su edificio fabril son su fachada acristalada.
4. Pont Aeri, Manresa La más efímera de todas, apenas duró un año operativa (2000-2001) pero por unas cosas o por otras sigue fresco el recuerdo en la memoria de los que alguna vez la visitaron. Su logo alado, sus sonidos extremos propios del hardcore, su ambiente igualmente extremo… Podría haber sido el paraíso del Neng de Castefa, con aquellas fiestas interminables, pero el destino estaba sellado. Todavía hay gente que peregrina hasta sus antiguas instalaciones, con capacidad para apenas 500 personas.
5. Arabesco, San Antonio de Benagéber Uno de los ejemplos de la burbuja discotequera de aquella era. La grandiosidad de su estampa a medio camino entre un templo griego y un palacio árabe hizo las delicias de cuantos participaron de sus sesiones “remember”. También dio pie al hip-hop de domingo y a cambios de nombre: Queen y Space. Las quejas vecinales y las negligencias en cuanto a mantenimiento acabaron con la discoteca cerrada, posteriormente tapiada y hasta desvalijada.
6. Bananas, El Romaní Una leyenda, un mito de la noche con Manolo Sánchez “Morris” como cara visible y que, desde 1987 al año 2013, fue territorio celebrity celtibérica. Pachanga, gogós enjauladas y en topless, concursos de Miss España, cañones de luz desde su pirámide de cristal la mar de hortera, 9.000 personas de aforo, pool parties, techos desmontables, una inversión millonaria… Los restos de la macrodisco todavía son visibles en el solar.
7. The Face, Pinedo El empresario del ocio nocturno Bernardino Solís fue el artífice de esta discoteca, una más de cuantas levantó, incluida la mitiquísima Spook Factory, todavía en pie en la misma localidad. Con terraza y, sobre todo, con uno de esos aparcamientos en donde se hacía mucha “vida”, este santuario del house pasó a mejor vida desde que fue renombrado Lips, ya en manos de otra gerencia. Las ruinas son el hogar de unos nada sociables perros callejeros.
8. Villa Adelina, Les Palmeretes Una pequeña finca mediterránea situada en el mejor punto estratégico de la ruta: junto a la legendaria Barraca. El discopub arrancó allá por 1991 y sus sesiones suaves de tarde ambientaban el descanso del guerrero previo paso por Puzzle, Heaven o Chocolate. Una de las paradas obligadas en la mañana makinera. El chalet y el jardín de naranjos ya no son lo que eran.